Consagración 
de la Armada de Chile 
al Sagrado Corazón 
de Jesús y María


13 de agosto de 1989

Armada.cl


Aniversario de la Consagración de la Armada de Chile 
a Jesús y la Virgen María


La historia señala que en las apariciones de Jesucristo, que datan de diciembre de 1673, entregaba mensajes sobre la manera cómo debía ser orado. Asimismo, indicaba que en todas las partes donde estuviera expuesta la imagen del Corazón de Jesús, atraería toda clase de bendiciones.
“Todos los que me hayan estado dedicados y consagrados no perecerán jamás”.

La importancia de esta devoción ha sido resaltada por los Sumos Pontífices, desde Pio IX, que consagró en 1875 la Iglesia del Sagrado Corazón, hasta el Papa Juan Pablo II, quien concurrió hace unos pocos años al lugar de las apariciones en el Monasterio de Paray-le-Monial, Francia.

Los orígenes de esta celebración en la Armada de Chile se remontan al 13 de agosto de 1989, cuando la Armada de Chile fue consagrada a la protección especial del Sagrado Corazón en un acto litúrgico realizado en la Iglesia Naval de Las Salinas.

En dicha oportunidad, la misa fue celebrada por el entonces Obispo Castrense, Monseñor José Joaquín Matte Varas, acompañado por los Capellanes de la Primera Zona Naval, y contó con la presencia del Alto Mando Naval de la época, que estaba encabezado por quien era Comandante en Jefe de la Armada, Almirante José Toribio Merino Castro, delegaciones de las reparticiones de la Guarnición Naval de Valparaíso y los Estandartes de las Escuelas de Especialidades del sector naval oriental y de la Escuela Naval “Arturo Prat”.

La celebración se repite cada año en las diversas unidades de la marina.
El día 12 de agosto de 2005, con motivo del aniversario de la Consagración Solemne de la Armada al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, se celebró una Santa Misa en la Iglesia Naval “Nuestra Señora del Carmen” en Las Salinas.




En aquella oportunidad la Eucaristía fue oficiada por el Obispo General Castrense Monseñor Juan Barros Madrid, quien señaló: “Hoy esta devoción al Sagrado Corazón de Jesús, nos impele a vivir nuestro compromiso cristiano, nos llama a crecer en nuestra vida en el espíritu, con la centralidad de la Eucaristía, nos posibilita vivir el amor al prójimo incluso hasta el extremo de dar la vida por el bien de los demás. Podríamos agregar que es un antídoto frente al materialismo, al hedonismo, al egoísmo, que nos impiden desarrollar tantas capacidades humanas y espirituales que hacen mejor al mundo, a nuestras instituciones y familias”.



“Oh María,
madre de Jesús nuestro redentor,
se tú para siempre el faro de nuestra Armada,
que nos indique el rumbo        
a navegar en toda singladura,
la estrella de nuestra querida bandera
que ilumine y oriente nuestro quehacer permanente
al servicio de la Patria”.